LA DIVERSIDAD CULTURAL DE MÉXICO
La principal consecuencia de la Conquista de México consumada por los
españoles en 1521 fue el mestizaje. Esta mezcla se dio en muy diversos aspectos:
desde el más evidente del mestizaje racial, hasta muchas variantes del que podríamos
llamar mestizaje cultural, de manera particular el que se refiere a las cocinas.
En esta materia alimenticia no hubo conquista sino unión, matrimonio, suma y
multiplicación.
Para comprender los alcances del mestizaje gastronómico hay que
tener presente que cada uno de los dos elementos fundamentales —el
indígena y el español— en realidad era un cúmulo de conocimiento más
allá de lo azteca y lo ibero. La cocina española trajo a México buena
parte de las tradiciones culinarias europeas, con una importante dosis
de hábitos provenientes del norte de África; hay que recordar que apenas
30 años antes de la conquista de México, España a su vez había
concluido ocho siglos de permanencia árabe o mora en su ámbito
peninsular.
Por su parte, el territorio que hoy conocemos como México cobijaba a muy diversos
grupos indígenas perfectamente diferenciados entre sí, no sólo por sus variados
elementos culturales, como son el atuendo tradicional, la vivienda, las costumbres
religiosas o la cocina, sino por algo más tajante y evidente: el idioma.
Nuestra diversidad cultural, pluriétnica, no podría ser un fenómeno
repentino: es el desenlace actual de nuestra historia antigua. Aunque no
es posible precisar alguna cifra de manera corroborada, se puede
afirmar que en aquellos años de la conquista de Tenochtitlan , de seguro
había en México más de cien grupos étnicos diferenciados; naciones
indias, les llamban entonces. Cada etnia tenía sus propias costumbres
gastronómicas, si bien con algunos patrones o troncos comunes que eran
—y siguen siendo— el maíz , frijol y el chile.
La
población de nuestro país es muy diversa en cuanto a sus
manifestaciones culturales y a la sociedad en que se desarrollan; con
todo, compartimos una misma historia, formamos un Estado y aspiramos a
vivir en un país que sea cada día mejor, a pesar de las diferencias que
nos distinguen unos de otros.
La población
de nuestro país es el resultado del mestizaje que se inició en el siglo
XVI, con la unión biológica y cultural de varios grupos humanos: las
culturas indígenas que habitaban lo que hoy constituye nuestro
territorio nacional, y las culturas de los europeos y de los esclavos
traídos de África.
De esta unión biológica y
cultural se originó una sociedad con una identidad diferente, con
nuevas formas de interpretar la vida, nuevos usos y funciones que
abrieron paso a otros horizontes. Con el paso del tiempo esta sociedad
se fue acrecentando y dio origen a una nueva unidad de la población al
sujetarse a un mismo gobierno, al desarrollar una economía propia y al
compartir la misma religión y lengua.
Sin
embargo, dada la gran extensión de nuestro país, la sociedad en cada
región fue adquiriendo características propias. Esto se vio acentuado
por el predominio de la influencia de los grupos de origen que
conformaron tales sociedades.
Hoy en día en nuestro país la mayoría de la población es mestiza,
aunque hay regiones del país en que la población presenta
características marcadamente europeas, indígenas o negroides, además de
las de otros grupos que a lo largo del tiempo han venido a establecerse
en nuestro territorio.
El constante
intercambio cultural entre la variada población permitió que nuestro
lenguaje, arte, costumbres y tradiciones se enriquecieran, dando origen a
manifestaciones culturales muy propias de nuestro país que hoy en día
forman parte de la riqueza y diversidad de la cultura mexicana.
UN PAÍS DE CONTRASTES
México
es un país grande y generoso. Por su ubicación geográfica incorpora
algunas de las características que distinguen a los paisajes norteños
templados, pero se encuentra salpicada de elementos típicos del trópico.
Y es en estos paisajes en donde vivimos los mexicanos y en los que
construimos nuestra historia.
Dadas las condiciones geográficas y nuestro reciente pasado histórico,
hemos tenido que realizar diferentes actividades para impulsar nuestra
economía, y como consecuencia de ello, se han generado diferentes
niveles de desarrollo que se manifiestan en las condiciones de vida de
la población.
Durante la época colonial se
fueron desarrollando en torno a los centros de población diferentes
actividades económicas, principalmente las del llamado sector primario,
como la minería, la agricultura y la ganadería, que determinaron en gran
medida el predominio las localidades de tipo rural en todo el país,
principalmente en el sur; la población urbana se concentró en ciudades
como México, Guadalajara, Monterrey y Puebla.
Con el paso del tiempo, a las actividades económicas de la población se
incorporaron las de tipo industrial, o del sector secundario,
destacando la de los hilados y textiles, que impulsaron el desarrollo de
otros centros urbanos en el norte y centro del país, en las costas del
Golfo de México y en la península de Yucatán. Otros tipos de industrias
que favorecieron este desarrollo urbano lo fueron la petrolera, la
eléctrica, así como la ferroviaria; no obstante este desarrollo, la
mayor parte de la población seguía siendo rural.
A partir de la cuarta década del siglo XX la industrialización del país
se aceleró y como consecuencia de ello el sector terciario, en el que
se incluyen el comercio, los transportes y los servicios de
administración, tuvo un notable crecimiento, principalmente en los
centros urbanos. A pesar de esto, la mayoría de la población continuaba
viviendo en zonas rurales, aunque se incrementó notablemente la
migración del campo a las ciudades.
Es así
como el país fue adquiriendo diferentes perfiles tanto poblacionales
como ocupacionales. El sector primario en el norte y centro del país,
dadas las condiciones geográficas de la región, se fue tecnificando;
mientras que en el sur, al contar con mejores condiciones climáticas, se
mantuvieron las técnicas tradicionales de cultivo. Por su parte, el
sector secundario se desarrolló principalmente en Nuevo León, el estado
de México, Jalisco, Puebla y el Distrito Federal, al mismo tiempo que el
terciario se expandía en los principales centros urbanos y turísticos
del país.
INVENTOS Y MODERNIZACIONES
Pues no somos una fuente de cientificos como Cuba y otros pues el gobierno mexicano destina muy pocos recursos para la educacion pero aun asi tenemos a Guillermo Gonzalez Camarena y gracias a el puedes distinguir bien a las tres mellizas pues invento la television a color
Las culturas prehispánicas son todas aquellas civilizaciones que
existieron antes de que los españoles llegaran a nuestro continente. Las
culturas prehispánicas más grandes y más importantes que vivieron en
Mesoamérica fueron las siguientes:
1. Los olmecas: Vivían en Veracruz y Tabasco, cerca del Golfo de México.
Fue la cultura madre de todas las culturas posteriores, se cree que los
olmecas fueron los primeros en organizar un gobierno que estuviera
en manos de los sacerdotes (gobierno llamado teocrático). Los olmecas
también tenían su propia escritura, calendario y juego de pelota. En
aspectos matemáticos, los olmecas contaban de veinte en veinte; es
decir, tenían un sistema numérico vigesimal. Eran muy buenos escultores
en piedra y le rendían culto al jaguar, por eso muchas de las esculturas
que
hacían tenían rasgos felinos como por ejemplo las comisuras de la boca
de sus personajes hacia abajo, tal como las tienen los jaguares.
2. Los teotihuacanos: Estaban ubicados en el centro del país. Fueron
importantes urbanistas y arquitectos así como escultores en piedra,
ceramistas y pintores. Los teotihuacanos iniciaron la construcción de
pirámides como la del sol y la luna. Como eran muy buenos comerciantes y
promovían mucho su religión, lograron que su ciudad adquiriera gran
prestigio como centro de peregrinación y sede comercial y cultural. La
influencia de la cultura teotihuacana se extendió a zonas tan lejanas como Guatemala.
3. Los mayas: La cultura maya fue una de las más grandes civilizaciones
prehispánicas. Los mayas tenían grandes observatorios astronómicos que
les permitieron inventar un calendario muy preciso. Eran muy buenos
matemáticos, usaban el cero y la numeración con puntos y barras. Los
mayas vivían en los estados actuales de nuestro país como Yucatán,
Campeche, Tabasco, parte de Chiapas y Quintana Roo y en algunas zonas de
Centroamérica. Tenían una hermosa arquitectura pues en lugar de usar
palmas
para los techos inventaron las bóvedas. También destacaron por su
pintura mural y por su escritura. La alimentación de los mayas se basaba
en el maíz.
4. Los zapotecas: Vivían en Oaxaca, su centro principal era Monte Albán.
Los zapotecas sobresalieron por su importante aportación cultural. En
el arte destacan sus "urnas" funerarias que eran figuras huecas de barro
muy adornadas que tal vez servían como ofrenda a los muertos. Una de
las características de esta cultura es la disposición de sus pirámides y
construcciones político-religiosas, en las cuales siempre se encuentran
integrados el templo, el patio y el altar.
5. Los mixtecas: Su nombre significa "habitantes del país de las nubes" y
se cree que llegaron a los valles de Oaxaca cuando la civilización
zapoteca estaba declinando. En la construcción usaban grecas preciosas
formadas por mosaicos de piedras incrustadas. ¡En uno de los conjuntos
se calculó que los mixtecas habían incrustado alrededor de 100 mil
pequeñas piedras labradas! Los mixtecas destacaron como refinados
artistas en la orfebrería*, cerámica, tallado en hueso o madera.
Trabajaron el oro con gran habilidad por lo que se les considera los más
grandes
orfebres mesoamericanos. También fueron hábiles talladores en materiales
como el cristal de roca, el hueso y la madera. Además de la orfebrería,
los mixtecos hicieron trabajos en libros o códices realizados sobre
piel de venado y sobre papel amate.
6. Los toltecas: Su capital fue Tula, en el actual estado de Hidalgo.
Los toltecas también fueron extraordinarios arquitectos, urbanistas,
escultores en piedra, ceramistas y orfebres, a tal grado que su nombre
significa "gran artesano". En su cultura predominaron las ideas
militaristas, sus edificios y banquetas ceremoniales las decoraban con
guerreros, jaguares, coyotes y aves de rapiña. Los toltecas fueron los
escultores de los atlantes de Tula, estatuas que miden cinco metros de
altura y que representan guerreros armados con la cabeza cubierta por un
tocado de plumas. Los toltecas hablaban el náhuatl y su deidad era
Quetzalcóatl, la serpiente emplumada.
7. Los mexicas: Vivieron en el valle de México. Eran un pueblo que se
dedicaba a la pesca, a la agricultura y al comercio. El de los mexicas,
se convirtió en el imperio más poderoso de Mesoamérica. Gran parte de su
cultura fue tomada de los pueblos anteriores, principalmente de los
toltecas. Fueron muy buenos arquitectos, urbanistas y escultores en
piedra, ceramistas, orfebres y creadores de una literatura muy
importante que escribían en poemas y discursos educativos o
amonestaciones.
8. Los chichimecas: Fueron tribus guerreras que habitaron lo que hoy es
el norte de nuestro país. No crearon una gran cultura pues eran
seminómadas, o sea que no tenían una casa fija donde vivir. Para buscar
alimentos en la región, los indígenas se trasladaban cada cierto tiempo a
diferentes lugares de acuerdo con la temporada del año; por ejemplo, en
primavera y verano buscaban peces y mariscos en la costa y a principios
del otoño recolectaban piñones en la sierra. Los chichimecas hacían
pinturas rupestres y cerámica.
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